Los conflictos en el mundo de la franquicia

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El ser humano es un animal racional, metódico y en ocasiones engañoso, siendo el mundo de los negocios otra de las dimensiones donde puede comprobarse que a veces la naturaleza del hombre es tremendamente volátil. La relación entre franquiciantes y franquiciatarios es una de las muchas simbiosis que existen en ámbito de los negocios, y la relación entre ambas partes puede definir en buena medida el futuro de dicho acuerdo.

Incluso en relaciones comerciales en las que se intente cuidar la comunicación entre empresarios y socios, el incumplimiento de las bases de un contrato, o su malinterpretación, puede acabar en los juzgados si tanto franquiciante como franquiciatario intentan aprovecharse de vacíos legales, subterfugios y otras argucias para obtener beneficio económico. A continuación abordamos algunos de los conflictos más habituales que pueden llegar a aparecer en el mundo de las enseñas. Problemas donde la solución no es siempre sencilla.

1. CREACIÓN DE FALSAS EXPECTATIVAS. Como franquiciante, uno de los principales errores que has de evitar si no quieres hipotecar la relación con tus franquiciatarios es la creación de falsas expectativas a la hora de promocionar las bondades de tu modelo de negocio a futuros inversionistas y socios. Exagerar las cifras en torno al retorno de la inversión y los cálculos sobre facturación estimada puede quebrar la confianza de unos franquiciatarios que sentirán que se les mintió desde el mismo inicio del acuerdo. Por tanto, antes de comenzar a franquiciar conviene elaborar un plan de negocio de manera profesional intentando calcular de la manera más objetiva posible cuáles serán las características del modelo de gestión de la compañía de manera que se obtengan cifras razonables y realistas.

2. ADQUISICIÓN DE DEUDAS. El primero de los problemas descritos podría considerarse una causa general de muchos otros, entre ellos el de la falta de confianza hacia la central por parte del franquiciatario. Llegados a dicho extremo, la relación puede llegar a viciarse de tal manera que el franquiciatario decida dejar de pagar alguna de las cantidades económicas contempladas en el acuerdo, como las regalías mensuales o las regalías de publicidad. Otro de los posibles motivos de este impago podría estar causado por un período de dificultades económicas que imposibilite al franquiciatario generar beneficios, o por alguna irregularidad pasada por parte del franquiciante a la hora de proveer suministros. En cualquier caso, la solución pasa por abrir una línea de diálogo entre la central y los nodos afectados para no acabar en los juzgados.

3. LA DIFERENCIA ENTRE EL LÍDER Y EL TIRANO. En tanto que líder de la relación comercial, la compañía franquiciante debería aspirar a ganarse el respeto y reconocimiento de todos sus franquiciatarios ejerciendo su posición de manera que todas las partes se beneficien y prosperen juntas. Aunque en ocasiones esto es harto difícil de lograr debido a la falta de flexibilidad de la enseña principal a la hora de interactuar con sus socios, la mayoría de las veces la parte más conocedora de las necesidades de sus clientes. El abuso de poder en la aplicación de cláusulas contractuales o en materia económica puede echar al traste con la relación con sus franquiciatarios, quienes dejarán de reconocer la competencia en materia de gestión por parte de la compañía franquiciante. Crear miedos o recelos en los franquiciatarios a tu marca es el camino más corto para frenar la expansión de un negocio.

4. CRÍA CUERVOS... Haciendo honor a la más infame de estrategias, puede darse el caso de que un determinado franquiciatario decida que ya no necesita de los conocimientos y apoyo de la compañía principal porque tiene todas las herramientas para proseguir por su cuenta con la actividad. En estas ocasiones, si el franquiciante ha cometido algún tipo de irregularidad para con su socio, no estaría sino recogiendo las tempestades de unos vientos que jamás debería haber sembrado. Por el contrario, existe la posibilidad de que el franquiciatario mienta para generar una excusa que se postula como la única vía para romper el contrato con la central y poder así continuar con su negocio de manera independiente. Este tipo de conflictos suelen acabar irremediablemente en un proceso judicial.

5. NO TODOS LOS FRANQUICIATARIOS SON IGUALES. El mundo de las franquicias es un sector dinámico en el que las enseñas han de enfrentar cambios constantes en todos los frentes, adaptándose a las necesidades del mercado. Este concepto debería aplicarse también a la relación con los franquiciatarios, quienes no han de ser considerados como nodos mecánicos de una cadena sino como empresarios y personas con diferentes necesidades. Algunos requerirán de una mayor supervisión, mientras que otros serán más proactivos y autónomos. El franquiciante tiene por tanto el deber de adaptarse a cada uno de sus socios elaborando un plan de gestión flexible que posibilite la creación de buenas relaciones con cada uno de ellos. Esto no significa perder el control sobre los locales franquicia, sino abonar el terreno para que existan el menor número de problemas posible con cada socio.

Como puede comprobarse, las relaciones humanas son siempre complejas. Y si hablamos de acuerdos contractuales en el ámbito empresarial, los problemas de índole económica pueden convertirse en un verdadero dolor de cabeza que no solo afecten a tu negocio sino también a tu vida privada. La mayoría de las soluciones a estos conflictos pasan por una mejor comunicación, empatía y comprensión de las necesidades de cada parte. Aunque a veces, la razón sucumbe ante una realidad que acaba no siendo la más deseable. Sea como fuere, siempre existe una elección.

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