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El matrimonio entre los Estados Unidos Mexicanos y el rubro de las franquicias ha consolidado un entramado profesional a lo largo de los años desde el inicio de una relación que se remonta a mediados de los años ochenta. La llegada de un modelo de negocio novedoso y rompedor fue el pistoletazo de salida para una época en la que México y sus franquicias han evolucionado y crecido juntos. En este reporte analizaremos los momentos más importantes de la historia de las franquicias mexicanas, en una línea temporal que abarca casi tres décadas.
· Años 80’s
El día 29 de octubre de 1985 la historia de México presenció una auténtica revolución empresarial con la llegada del gigante americano McDonald’s con su modelo de franquicias como bandera. De esta forma, México pasó de ser un país cuya estructura de negocios se basaba en empresas privadas estándar o negocios familiares a una nación preparada para asimilar un modelo nuevo que definiría su futuro.
McDonald’s colapsó las calles de carros repletos de clientes, un éxito que atrajo otras marcas como KFC, Hoteles Howard Johnson o Domino’s Pizza. Una de las primeras franquicias mexicanas fue Dormimundo, en 1989. Ese mismo año cuatro entrepreneurs fundaron la AMF (Asociación Mexicana de Franquicias). René Morato Fontana, director de Howard Jonhson, era su presidente. Hoy, más de 300 marcas forman parte de esta organización.
· Años 90’s
Gracias a la AMF, el gobierno mexicano reconoció en 1991 a las franquicias como un modelo de negocio diferenciado. La Ley de Propiedad Intelectual de 1994 recogía el marco legal necesario para oficializarlo. La entrega de la Circular de Oferta de Franquicia (COF), incluyendo información sobre el estado de la empresa antes de la firma de los contratos, se convirtió en un requisito obligatorio. El apoyo financiero era una realidad gracias a Bancomer, organización que valoraba la concesión de créditos a Pymes relacionadas con el comercio exterior y a entrepeneurs inversionistas en un proyecto de franquicia. Otras opciones como Bancomext y Banorte se consolidaron en años posteriores.
A mediados de los años noventa, miles de trabajadores mexicanos que habían perdido su empleo debido a la crisis económica decidieron invertir en una franquicia. Esto aceleró la expansión del rubro y ocasionó la llegada de nuevas marcas al mercado mexicano. A partir de 1995, las franquicias mexicanas comenzaron a expandirse fuera el país. Compañías como Helados Bing, Flash Taco, VIPS o Juven’s abrían nuevos negocios en España, Guatemala, Estados Unidos o Chile.
En 1997, debido a la situación económica general que sufría México, comenzaron a ocurrir los primeros fracasos. Aunque la expansión del rubro era una realidad (la AMF contaba con más de 150 marcas registradas), algunas franquicias como Deportes Martí abandonó este modelo de negocio. A partir de 1999 comenzó una tendencia enfocada en la creación de franquicias de bajo costo. Estos negocios se basaban en servicios de creación de software o venta ambulante de productos típicos.
· Años 2000
A comienzos de esta década comenzó a hacerse popular el concepto de franquicia social, un modelo de negocio basado en una marca rentable y conocida enfocada en contribuir a la mejora del medio ambiente o de las clases sociales más necesitadas. Asimismo, el gobierno, en colaboración con la AMF, reelaboró la Ley de la Propiedad Intelectual redefiniendo el concepto de franquicia y estableciendo los requisitos oficiales de la COF.
En términos de expansión, en el año 2007 ocurrió un nuevo hito en la historia de las franquicias mexicanas. La compañía El Fogoncito daba el salto a China convirtiéndose en la primera franquicia mexicana en pisar Asia. Esta conquista de otros mercados tuvo su revulsivo más importante en la creación del Programa Nacional de Franquicias (PNF) ideado por las autoridades públicas, la Secretaría de Economía y los representantes del rubro. Un auténtico salto de calidad en el mercado de franquicias en México que logró duplicar el número de marcas activas (de menos de poco más de 700 a casi 1.400) en solo cinco años.
A finales de la década, con México jugando un papel importante en los mercados internacionales de franquicias, la crisis económica mundial iniciada en 2008 propició la llegada del concepto de microfranquicias; negocios adaptados a las posibilidades de entrepreneurs sin demasiados recursos económicos que basaban su modelo en una baja inversión y la posibilidad de realizar la actividad sin grandes espacios destinados a un local y prescindiendo de la necesidad de contratar muchos empleados.
· Desde 2010…
La década en la que vivimos en la actualidad ha consolidado a México como una pieza fundamental en el mercado de franquicias internacionales y a ello ha contribuido la madurez del mercado dentro de sus fronteras. Las escuelas de negocio se toman en serio los casos de estudio de este rubro y los sucesivos gobiernos se han mostrado favorables a contribuir al desarrollo del modelo de franquicias. Con un crecimiento imparable, solo en 2016 cada hora se abrió un nuevo establecimiento franquiciado en México.
Hoy en día, México cuenta con más de 1.500 marcas de franquicias que suman más de 75.000 locales en todo el país. Dando empleo directo a casi 900.000 personas, un reciente estudio de la consultora Feher & Feher reveló que el 86% de ellas son mexicanas. Del 14% restante, la mitad son estadounidenses.
El futuro del rubro en México se asienta sobre bases sólidas que auguran éxito y porvenir a las marcas competitivas tanto nacional como internacionalmente. Un ecosistema empresarial complejo y rentable que forma parte de la vida de millones de mexicanos y que seguirá aumentando su importancia durante los próximos años y décadas.
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